Las mariposas nocturnas y la llama

Conferencia de las aves

de Attar Nishabouri

Una noche las mariposas nocturnas se reunieron revoloteando en multitud
Para conocer la verdad acerca de la luz de la vela,
Y decidieron que una de ellas debería ir
Para conseguir noticias sobre el resplandor difícil de alcanzar.
Una voló hasta que en la distancia distinguió
Una ventana del palacio donde una vela ardía --
Y no se acercó más, voló de regreso
para explicar a los demás lo que creía saber.

El mentor de las mariposas nucturnas desestimó su afirmación
Comentando: " no sabe nada de la llama."

Una mariposa nucturna más ansiosa que la anterior
Salió y cruzó la puerta del palacio.
Planeó en el aura del fuego,
Una imagen temblorosa de un deseo temeroso,
Después regresó para contar lo lejos que había llegado,
Y cuánto había sufrido y visto.

El mentor dijo: "No tienes los signos
De alguien que ha comprendido como brilla la vela."


Otra mariposa nucturna salió volando - su vertiginoso vuelo
Se convirtió en un ardiente galanteo con la luz;
Descendió y se elevó, y en su frenético trance
Ambos ella misma y el fuego se mezclaron por su baile --
La llama se tragó las puntas de sus alas, el cuerpo, la cabeza;
Su ser brillaba con un intenso rojo traslúcido;
Y cuando el mentor vio la repentina llamarada,
La forma perdida de la mariposa nucturna en los rayos luminosos.


Dijo: "Él sabe, él sabe la verdad que buscamos,
Esa verdad escondida de la que no podemos hablar”.

Para ir más allá de todo conocimiento hay que encontrar
esa comprensión que elude la mente,
Y nunca se puede conseguir la deseada meta
Hasta que primero se pierde tanto carne como alma;
Pero si se queda una parte, un solo cabello
te arrastrará de nuevo y te sumirá en la desesperación --

Ningun ser puede ser admitido aquí,
Donde toda la identidad limitada debe desaparecer.


La historia, como cualquier historia Sufí, está escrita con el vocabulario técnico antiguo del Sufismo desarrollado en el siglo XIX, y puede entenderse a muchos niveles. Además, como cualquier historia Sufí, puede considerarse mítica, en cuanto a que tiene la función simbólica de “descubrir” y revelar el vínculo entre el hombre y lo sagrado. A un nivel más simple, puede traducirse como una historia sobre cómo las cosas no son lo que parecen, o como la historia de un pequeño milagro hecho por el Maestro Sufí, del mismo tipo que la historia bíblica en que Jesús convierte agua en vino. De una forma distinta, los psicoterapeutas quizás nombran esta historia como un ejemplo de una profecía que se auto realiza. Un neuropsicólogo quizás afirme que el miedo convirtió el vino en vinagre al generar la secreción de glándulas suprarrenales que aumentaron la temperatura corporal. Al tener la botella agarrada firmemente, y los fenómenos conocidos del efecto de la temperatura en el vino, la propia reacción fisiológica del salek pudo convertir el vino en vinagre. Estas explicaciones satisfacen a la mayoría de las personas, pero todas son muy inadecuadas.


Todas estas interpretaciones ignoran el significado del simbolismo del vino del que está repleta la literatura sufista. El objetivo del Sufismo es el conocimiento, del interior de uno mismo, y en última instancia de Dios. “Aquel que se conoce a sí mismo conoce a su creador”. A lo largo de los siglos, esta búsqueda se ha expresado simbólicamente de muchas formas, como “Unión con los seres queridos”, “Respétame a mí y yo te respetaré”, “La Disolución en el Mar de la Existencia”, o alcanzar  “La aniquilación absoluta en Allah”. El simbolismo del vino a menudo se utiliza para referirse a la Presencia viva de lo Divino. En Al Rasa’el, Hazrat Shah Maghsoud Sadegh Angha, al hablar de solouk o el viaje hacia el sexto objetivo de los Estados de la Iluminación, describe: “En este momento, para los estimados y los elegidos, la copa del alma está llena únicamente con el vino más claro, purificador y divino, el vino eterno de la dichosa Luz para el círculo de los que anhelan para el Rostro y los Ojos del portador de vino. Como él nos prometió la promesa de Dios: “Y el Señor les dio para beber de un vino puro y sagrado’ (1986, p.18).”3


Para alcanzar el objetivo deseado, para unirse con el ser amado, es necesario que el salek alcance la puridad, se libere de los apegos terrenales, y elimine los velos que cubren el conocimiento y que uno no pueda ver la Verdad. Para perderse uno en el ser amado se necesita libertad total de las restricciones culturales. La Ley para el salek es la Ley de Dios, aprendida a través de la experiencia individual, no a través de palabras o dictados de otros. El Camino del Sufismo es el Camino de los Profetas, y los Profetas, en ambos Libros Sagrados, el Corán y la Biblia, son suficientemente claros y específicos al afirmar la necesidad de desprenderse de todas las ataduras familiares, culturales y sociales para seguir al Profeta, independientemente de que el Profeta sea Jesús o Mohammed. El Sagrado Corán en la Sura 9:24, afirma: “Di: ‘Si preferís vuestros padres, vuestros hijos varones, vuestros hermanos, vuestras esposas, vuestra tribu, la hacienda que habéis adquirido, un negocio por cuyo resultado teméis y casas que os placen, a Dios y a Su Enviado y a la lucha por Su causa, esperad a que venga Dios con Su orden…’ Dios no dirige al pueblo perverso.” La Sagrada Biblia en Mateo 10:35-37: “No he venido para traer paz, sino para traer desacuerdo y para causar divisiones en su familia: “El hijo estará en contra de su papá. La hija estará en contra de su mamá. La nuera estará en contra de su suegra. Los enemigos de uno serán sus propios parientes. El que ama a su papá o a su mamá más que a mí, no es digno de mí. El que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.” Sura 39:29 afirma: “Dios propone el símil de un hombre que pertenece a socios que no están de acuerdo y el hombre que pertenece únicamente a uno. ¿Son ambos similares? ¡Alabado sea Dios! Pero la mayoría no saben.” Mateo 24 y Lucas 16:13 afirman: “Ningún siervo puede servir a dos patrones al mismo tiempo. Odiará a uno y amará al otro, o se dedicará a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a Dios y a las riquezas al mismo tiempo.”


El paralelismo es claro, y el mensaje es el mismo. Seguir el camino de los Profetas requiere que uno se desprenda de ataduras sociales y culturales. Esto es un mensaje poderoso y crucialmente importante, con enormes implicaciones para cualquier individuo que posea grandes aspiraciones. Como sabemos, y contrario a las ideas de los que creen que la religión es un producto social, las religiones no fueron creadas por la influencia y las demandas de las sociedades. Moisés, Jesús y Mohammed son ejemplos claros. Todos fueron revolucionarios libertadores. Todos desafiaron abiertamente y hablaron en voz alta contra las sociedades en que vivían, y fueron atacados por miembros poderosos de estas culturas.